La comunicación política es una tarea sin pausa si se busca impactar en la opinión pública.
Imaginemos una gota que cae en medio de la oscuridad de una caverna. Podemos escuchar el débil eco de su caída pero si observamos con detenimiento no notamos diferencia alguna entre el momento en que la partícula de agua se concentra y el instante en que decide precipitarse al abismo.
Medio millón de años más tarde, la persistencia de esa gota ha transformado una pequeña estría en la superficie de la caverna en una impresionante columna calcarea. La paciencia infinita de la gota convirtió un esfuerzo cotidiano en una obra majestuosa, imposible de ignorar para quienes se encuentren con ella.
La gota no inundó la caverna para acelerar su creación, por el contrario, dejó una microscópica carga de minerales para lograr poco a poco su objetivo.
En comunicación política la mayoría de los líderes, candidatos e instituciones prefieren ser inundación. Ahogar sus audiencias con información, con campañas estridentes, e ignorarla entre elecciones.
La mejor manera de lograr éxito ante un electorado desilusionado y enojado es desarrollar una marca política diferenciada, seducir poco a poco, construir una relación, hasta ganar la confianza de la gente.
Cada día que pasa sin comunicar, sin abonar al desarrollo de su marca es una oportunidad perdida, una oportunidad acumulativa desperdiciada que habría tenido un retorno de inversión exponencial.
En la era de la desconfianza y el hastío una “estrategia de inundación”, una campaña agresiva y breve, no impacta en un electorado predispuesto a ignorar a quienes de manera frontal quieren manipular su opinión.
La persistencia de una «estrategia de goteo” es la que permite mostrarle a su audiencia su compromiso son una causa, la coherencia de su discurso y lograr un posicionamiento verdadero.
Las marcas políticas que tienen éxito no aparecen de la noche a la mañana, se construyen con paciencia y consistencia, hasta que de pronto tienen un lugar natural en la conciencia colectiva.
Sea una gota que impacta todo el tiempo, y no un caudal que pasa y pronto se olvida.
Asesórese.
