Cómo formar equipos políticos
En un proyecto político, como en cualquier empresa que requiere el talento de un grupo diverso de personas, la organización de un equipo competente es central para alcanzar tus objetivos.
La tentación de privilegiar las relaciones de confianza al momento de estructurar esa organización es natural, después de todo, las filtraciones, el sabotaje o la traición pueden dar al traste con una larga trayectoria.
Pero rodearse de incondicionales es uno de los caminos a la derrota. Buscas un equipo que potencie el proyecto, no un club de fans.
Entre los errores comunes en la conformación de los equipos está la homogeneidad de los mismos. En muchas ocasiones esto ocurre porque emanan de otras organizaciones, por ejemplo una misma corriente partidista, una asociación u organización determinada; también sucede con frecuencia que el equipo tiene su raíz en un grupo de amistades, o se origina desde un mismo gremio.
Como consecuencia de esta génesis, el equipo está conformado por personas que tienen demasiado en común. Y un equipo donde la visión de la realidad política es uniforme produce grandes puntos ciegos.
No es sólo que una colectividad homogénea tienda a compartir sus deficiencias, sino que alimenta entre sí una idea de lo que sucede en el escenario político, y aquellas opiniones que ponen en entredicho las concepciones mayoritarias son sometidas, usualmente con suavidad pues es un efecto casi inconsciente, para mantener la integridad del pensamiento colectivo.
Este efecto de la psicología política de las organizaciones es uno es los adversarios más peligrosos de cualquier líder, y para sortearlo, es importante seguir las siguientes recomendaciones.
Privilegia la diversidad
Un equipo que se compone de personas de orígenes, intereses e ideas variadas, permite establecer un frente más completo y circular, al que escapan menos errores y que construye mejores proyectos.
Un abogado no mira los asuntos públicos como lo hace una psicóloga, un empresario no tiene la misma concepción de la economía que una ama de casa. Esto no quiere decir que planifiques tu acción política para apelar a todo el mundo, sino que en el proceso de toma de decisiones cuentes con la visión de un conjunto diverso de personas, que no busquen asimilarse entre sí.
Fomenta el pensamiento divergente
Cuando la homogeneidad de ideas se impone, desaparece la posibilidad de encontrar áreas de mejora, riesgos y oportunidades a la vista.
La creatividad, recurso sumamente valioso en una sociedad saturada de información, debe promoverse desde el interior del equipo, motivarlo a alejarse de aquello que siempre se ha hecho.
Todo problema tiene múltiples caminos para llegar a soluciones satisfactorias, los miembros experimentados pueden aportar la lógica de la política para evitar equivocaciones innecesarias, pero la innovación naturalmente será resultado de las contribuciones de quienes están más alejados de los asuntos públicos.
Las ideas disruptivas emanan de manantiales muy distantes del mundo electoral, partidista o gubernamental.
Quienes nunca han estado en política tienen la ventaja invaluable de carecer de los vicios y la visión de los consumidores adictos a la información política.
Esos individuos, que podrían parecer desubicados en el plano de la operación política, pueden ser fuente de las contribuciones más provechosas, su sensibilidad es distinta, muy probablemente más a tono con la que encuentras en el segmento de la ciudadanía que te interesa.
Un equipo eficiente, es un equipo con tareas claras
Buena parte del fracaso de los equipos políticos está en la indefinición de las responsabilidades, para evitar las tareas irresolutas, la duplicidad de funciones, y los comités que opinan y destruyen pero que jamas crean, es indispensable dejar atribuciones y expectativas claras sobre los miembros del equipo.
Una tarea del equipo que no fue explícitamente delegada es una tarea de todos, y por lo tanto de nadie.
Es muy probable que para implementar estas funciones, debas dar un paso al costado como líder político y permitas que actúe un administrador de proyecto, de este modo no se hieren susceptibilidades, y el equipo adquiere la formalidad necesaria para que las cosas ocurran.
Rompe la burbuja
Con frecuencia, los equipos planean y actúan bajo la mezcla de ideas que resulta de las reuniones. Aun los más experimentados operadores políticos pasarán por alto lo que siente, piensa y quiere el mercado meta, la audiencia clave para la que trabaja el equipo.
El éxito del proyecto estará directamente relacionado con su capacidad para influir en el segmento de la ciudadanía que importa para la estrategia, y sin guardar un contacto constante con éste se corre el riesgo permanente de trabajar en la construcción de un camino que no lleva a ninguna parte.
Promover el ingreso al equipo de individuos que te acerquen a la esfera que buscas impactar, será siempre importante. No vas a volver tu equipo un Focus Group permanente, la gente es muy mala para expresar sus opiniones, sentimientos y preferencias de todo tipo, sus contradicciones pueden provocar que extravíes el camino, pero escucharlos es elemental para comprender el proceso mental y emocional que siguen para llegar a las conclusiones que habitan en su cabeza.
Te conectas con los ciudadanos para entenderlos no para obedecerlos. La persuasión que buscas alcanzar no es el resultado de claudicar a los apetitos mal articulados de la audiencia, sino a las necesidades profundas que mueven su comportamiento.
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